LAS BEBIDAS DEL AMOR


Las bebidas del amor

El chocolate, el café y el vino desde siempre han sido vinculados al ejercicio amatorio


Antes que nada valga aclarar que no escribiremos aquí al respecto de elíxires que despiertan el interés sexual. Tan solo juntamos unas letras para presentar tres bebidas que desde siempre se han vinculado al ejercicio amatorio y que bien vale la pena tenerlas a mano a la hora de entregarnos a los placeres del cuerpo.

En primer lugar mencionaremos el chocolate. Aunque ya las leyendas establecían que en esta bebida se encontraba el secreto de las proezas sexuales de grandes personajes como Moctezuma II o Casanova. Es solo hasta 1990, con la publicación del libro del doctor Hervé Robert "Les Vertus Thérapeutiques du Chocolate", que se constatan de manera científica.

Según el libro del doctor Robert el chocolate resulta ser una bebida que posee propiedades antidepresivas y antiestresantes al tiempo que posibilita la intensificación de las actividades placenteras, entre ellas, por supuesto, el placer del amor.

En el chocolate se encuentran, entre otras, partículas de cafeína, teobromina, serotonina y feniletilamina, lo que lo convierte en un excelente agente antioxidante. Además la serotonina es una hormona que ayuda a levantar el ánimo, mientras que la feniletilamina nos ayuda a mantener un mejor humor. De allí que resulte altamente recomendable tomar una taza de chocolate de manera diaria y no sobra tampoco compartir una con la pareja y de manera anticipada al encuentro amoroso.

La segunda de las bebidas de las que aquí hablaremos es el café. Con respecto al café un viejo proverbio tuco dice que debe "ser negro como el infierno, fuerte como la muerte y dulce como el amor". Tomarnos una taza genera en nosotros también, como el chocolate, un efecto estimulante.

El café nos mantiene atentos y activos y es una de las bebidas que se recomienda tener a la mano en caso de querer jugar en nuestros encuentros sexuales con las sensaciones encontradas suscitadas por el frío y por el calor sobre la piel de nuestro compañero o compañera de cama. Justamente por su acción calorífica se recomienda además que el hombre tome una taza luego del encuentro sexual para incidir favorablemente en la reducción de su tiempo de recuperación y puesta a tono para un nuevo encuentro.

La tercera de nuestras bebidas es el vino. Una bebida que ha acompañado por siempre los ritos sexuales y reproductivos de las diferentes culturas. El vino, como todos los alcoholes, es un agente desinhibidor y excitante en su justa medida, pasarse de copas produce los efectos contrarios. De allí que Grimond Reyniere escribiera del vino que es, haciendo eco a otros autores, "el mejor amigo del hombre cuando se usa con moderación y su mayor enemigo cuando se abusa de él".

El vino acompaña muy bien los encuentros sexuales antes, durante y después de su realización. Como preámbulo es perfecto para romper el hielo y calentar el ánimo. Se puede además involucrar en diferentes juegos sexuales y tomarlo directamente de la piel de nuestro amante. Y una copita poscoito puede ser el final perfecto para un gran encuentro sexual. Este producto de la vid quizá sea, de las tres mencionadas, la bebida que mejor encaja con el sexo
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